ARTÍCULO


Esta asignatura, me ha ayudado a completar mi concepto sobre la literatura, permitiéndome conocer numerosas estrategias y técnicas para trabajarla en el aula con alumnos de Educación Primaria.

En cuanto al primer bloque, antes de trabajarlo, identificaba la literatura infantil como aquella que se adaptaba al nivel de desarrollo de los niños. Sin embargo, descubrí que también era un método por el cual, los docentes, podíamos conseguir aumentar su marco de referencia creando otros mundos y forjando hechos que la imaginación infantil concibe como vivencias posibles.

Además, comprendí la diferencia entre literatura y paraliteratura, aprendiendo a identificar y clasificar diferentes textos. La literatura, como arte, a diferencia de la paraliteratura, no está creada para enseñar, ni para inculcar pensamientos o valores. Debe tener una función poética e incluir elementos ficticios, aun cuando esté inspirada en hechos reales.

Por otro lado, pude profundizar en los tres géneros literarios que existen.

En el caso del texto teatral, la primera palabra que se me pasaba por la cabeza antes de estudiarlo era espectáculo. Una vez trabajado en clase, me di cuenta de que iba más allá de eso. Se trata de una herramienta que permite que los niños entiendan que un concepto puede tener más de un significado y que un acontecimiento puede comprenderse y relatarse de maneras diferentes. Además, a través de ella, se pueden abarcar otros aspectos como el lenguaje, la expresión escrita, la situación en el espacio y el tiempo, la expresión a través del arte y el desarrollo de la psicomotricidad. 
A pesar de que un niño de Primaria no tenga la necesidad de realizar actividades teatrales para conseguir estos objetivos, es una manera de que los adquiera con más motivación y coherencia.   

En el caso de la poesía de autor, aunque conociese muchas de sus características, aprendí como presentarla a los niños para que lo viesen como un juego artístico.
Como maestros, debemos de sacarles de la imitación y reproducción, permitiendo que utilicen su propia imaginación creadora e intérprete para recrear lo que leen e inventar nuevas formas.  De esta manera, conseguiremos desarrollar su individualidad, el cultivo de su vena sensible y su formación estética. 
La declamación, aunque fomente la memorización, implica una buena comprensión de los textos poéticos y una actuación determinada.

En el caso de los cuentos y novelas, fue el género literario que más interesante me pareció. A pesar de saber también sus características principales, aprendí a relacionarlo con las edades de los niños.
Los educadores, para conseguir que los alumnos aprendan y estén interesados, debemos saber escoger los libros de lectura, eligiendo aquellos en los que el protagonista coincida con su momento evolutivo,  favoreciendo la interiorización del yo, la inserción social y el desarrollo lingüístico.  El niño lector, al verse reflejado, reconstruye las historias desde su propia circunstancia y aprende, sin necesidad de moralejas, cómo obtener éxito en la vida.
Además, aunque era muy partidaria de que los libros a escoger tuviesen ilustraciones, descubrí que no todas valían. Hay que evitar aquellas que sean planas y estereotipadas, deben provocar sensaciones y sentimientos a través de las figuras y colores, y presentar una original visión del mundo.
Otros factores importantes a tener en cuenta son , por ejemplo, que tengan una tipografía y vocabulario adecuados, que sean de manejabilidad fácil, que presenten temas de interés en los niños, que tengan valores y contra valores…etc.

Con respecto al trabajo de este bloque, analizar e identificar el libro que escogí, Carmeta es Carmeta. Para ello, no me dejé llevar por lo que decía la editorial, y saqué mis propias conclusiones destinándolo a los alumnos de segundo de Primaria.

En cuanto al segundo bloque, conocí los diferentes tipos de textos folclóricos, sus semejanzas y diferencias. Aprendí todos sus usos posibles en Educación Primaria y realizar correctas adaptaciones para el aula.

El folclore, al tratarse de una tradición oral, forma parte de una  literatura de grupo o familia, en la que cada uno, adapta su visión de la historia, aportando su pequeño grano de arena. 

La incorporación de la literatura oral tradicional a la escuela, supone hacer que el niño viva la palabra que ha perdurado durante generaciones, llenarlo de la afectividad de la comunicación de tú a tú e incorporarlo a su cultura o a otras ancestrales.
Además, es el primer paso que acerca al niño a la lectura y una oportunidad para conocerse y entender el mundo en el que vive.

Como maestros, hemos de recordar que los cuentos folclóricos no deben censurarse, ni reducirse con la excusa de que el niño no va a entenderlos. Podemos, eso sí, realizar un trabajo de selección e incluso de adaptación.
Es mejor no pedir nada a cambio y repetir la narración tantas veces como el grupo la solicite remarcando los detalles imprescindibles y ayudando a que la interioricen haciéndoles partícipes de ella. Hablando, por supuesto, de una comunicación exclusivamente oral, que permita que la imaginación despegue y no esté mediatizada por representaciones gráficas de personajes y acciones.

Los textos folclóricos en verso, los he relacionado siempre con el juego, la música y el movimiento corporal.
La poesía oral,  introduce al niño en la palabra, el ritmo y los símbolos; ejercita su motricidad y memoria; y despierta su ingenio. Cualquier palabra, es un factor excepcional en la configuración de la actividad mental, y más aún si es afectiva. Además, supone un espacio para la creatividad frente a la sociedad visual y deformante.

Por otro lado, están los mitos, leyendas, fábulas y cuentos, que son los principales tipos de textos de transmisión oral en prosa.
El cuento folclórico, podría definirse, como un relato breve de asunto ficticio y carácter lúdico surgido de la tradición oral.
El mito, es un relato tradicional que cuenta la actuación memorable de dioses o héroes en tiempos prestigiosos y lejanos.
La leyenda, es una forma simple de transmisión oral que refleja una tradición local, un suceso que, por extraño o milagroso que sea, se recuerda como verdadero.
La fábula, es una forma breve con sentido moral e intelectual, protagonizada por animales que reflejan actitudes y pasiones humanas. Su intención es moralizante y concluye siempre con una moraleja explícita. Por lo tanto, se considera un texto paraliterario. No debemos confundir moraleja con enseñanza moral. La moraleja aparece explicitada al final del relato con el fin de explicar y enfocar la comprensión de la totalidad del texto, y la enseñanza moral, por otra parte, puede encontrarse en diversos lugares de la historia y cada cual puede aplicarla a su realidad a partir de su propio esquema de valores y de sus inferencias particulares.

Por último, el teatro folclórico, además de divertir, siempre ha tenido vocación de educación popular.
Los teatrillos de títeres y marionetas, presentan un atractivo especial para el niño pequeño. Los muñecos, enseguida cobran vida y son aceptados por los receptores como realidades ajenas a la persona que los mueve y que habla por ellos.  Además, son capaces de afectar tanto a niños como adultos, haciéndoles introducirse afectivamente en la representación. En mi opinión, para nuestro futuro como maestros, es un recurso didáctico altamente positivo y motivador que favorece la interiorización de argumentos, conceptos y vocabulario.

Con respecto al trabajo de este bloque, seleccione tres textos folclóricos que sirviesen para trabajar en un curso determinado de Educación Primaria. Finalmente, escogí el cuento de La Tetera para quinto de Primaria, Los vestidos nuevos del emperador para tercero de Primaria, y Los músicos de Bremen para segundo de Primaria.

En cuanto al tercer bloque, reforcé mis conocimientos generales sobre la literatura y aprendí nuevas fórmulas para acercar a los niños a algunas obras y autores de nuestra cultura.

El texto literario, tiene como principio y fin básico la comunicación, por tanto, es un acto social. Presenta los mismos elementos (emisor, receptor, mensaje, código, canal y referente) que cualquier otro, aunque se proyecta en dos contextos diferentes, uno que reúne al emisor y al mensaje, y otro que acoge al mensaje y a cada uno de los receptores.

Como maestros, para presentar la literatura clásica a nuestros alumnos, hemos de entender que cualquier arte ha nacido para el hombre y no al revés. No puede servir para crear barreras entre los seres humanos y tenemos que respetar el nivel de comprensión del niño, valorando su propia interpretación de los textos aun cuando no corresponda con nuestra propia lectura que, por otra parte, puede no responder al referente del autor.

Los géneros literarios son los grupos en los que podemos dividir las obras literarias, de tal modo, que las de cada grupo tengan características comunes, formales o temáticas, según la época.
Acercar a los niños a ellos no es una tarea complicada. Ya en 2º de Primaria, deben ser capaces de diferenciar entre prosa, poesía y teatro y, en cursos posteriores, irán acercándose a los subgéneros más comunes. Después de trabajar la teoría en clase, comprendí que la mejor forma de hacerlo, es siempre a través de ejemplos que sirvan como modelo.

La lectura, es una necesidad educativa de las más complejas. Ha de ser un proceso mental en varios niveles que exija aprendizaje, pero también entrenamiento y desarrollo.
Como futuros docentes, no debemos olvidar nunca que la lectura de libros literarios infantiles y el trabajo con textos seleccionados para el desarrollo de la lectura mecánica o comprensiva son actividades distintas. Con la primera, buscamos el placer de una experiencia artística y un trabajo continúo de interpretación e interiorización que culmine en la comprensión personal de la obra. Con la segunda, ampliamos la cultura literaria clásica de nuestros alumnos y ejercitamos habilidades básicas lectoras como la atención, la memoria a corto y medio plazo, la fluidez y la lectura en voz alta.

Los textos y fragmentos elegidos para acercar a los niños a los grandes clásicos de nuestra literatura, deben estar muy estudiados por el maestro y no tienen por qué pertenecer al libro de texto. Es bueno variar y no aceptar como perfecto todo lo que las editoriales ofrecen. Hay que seleccionarlos pensando en nuestros niños. Han de ser textos breves y completos, con presentación, nudo y desenlace. Textos que sepamos que los niños van a entender, progresivos en dificultad. No importa que el momento histórico sea distante o que exista alguna palabra difícil. Con la pre-motivación a la lectura podemos ambientar, presentar, llamar la atención y explicar el vocabulario.
Siempre que sea posible, se le darán al niño textos escogidos que, aunque no hayan sido creados para su edad, respondan a sentimientos y realidades para las que ya han obtenido referentes y se dejarán otros más complicados para más adelante. 

Aunque la adaptación permite salvaguardar el contenido, destruye la forma y la estética,  privando al niño del disfrute del estilo de nuestros grandes representantes literarios.
Por lo tanto, como futuros profesores, si nos vemos en la necesidad de adaptar para que los alumnos lean fragmentos de obras clásicas españolas, solo debemos actualizarlo, traduciendo palabras del castellano antiguo, dichos, frases hechas o lugares comunes pasados de moda.

Con respecto al trabajo de este bloque, programé con mis compañeros un monográfico semanal sobre Gustavo Adolfo Béquer. En mi caso, me centré en la planificación de la clase de 5º de Primaria,  haciendo varias actividades conjuntas con 6º de Primaria. Fue interesante hacer nuestro primer trabajo en grupo de la asignatura y conseguimos lograr los objetivos planteados con una buena comunicación y organización.

En cuanto al cuarto bloque, aprendí todo lo necesario para planificar actividades que motiven y animen a la lectura, y fomenten la comprensión.
Al estar en Irlanda, no pude acudir a las clases. Sin embargo, al leerme la teoría, comprendí que la mejor forma para conquistar a los alumnos es hacer que las actividades que se realicen antes de la lectura sean agradables, orientadoras, prácticas y cordiales. Utilizar estrategias y animaciones con carácter lúdico, alejadas de todo aire didáctico.
Para ello, debemos utilizar la información que nos aporta el objeto libro (portada, contraportada, solapillas), para crear misterio, trabajar la creatividad de los alumnos, hacer que se aproximen al autor, hagan predicciones sobre el contenido y forma, se interesen por los temas de los que trata la historia, investiguen sobre algunos aspectos interesantes para la comprensión y  se pre-identifiquen con personajes, actitudes o situaciones que encontrarán en la lectura.

La biblioteca, es un elemento indispensable e insustituible en el marco general del proceso enseñanza-aprendizaje. Su utilidad como recurso para la ampliación de la actividad docente y para el refuerzo de una auténtica educación integral, justifica su creación en las escuelas y los esfuerzos por cuidar su organización y funcionamiento.

Durante la lectura, debemos preocuparnos por el proceso que llevan a cabo los alumnos de forma autónoma e individual.
Para ello, las actividades que planteemos durante dicho proceso, deben centrarse tanto en el texto (personajes, acción principal, acciones secundarias), como en el proceso de comprensión (problemas con hechos, situaciones y personajes desconocidos) y, sobre todo, en el lector (sus valoraciones, su motivación para continuar leyendo, sus hipótesis sobre lo que puede suceder a continuación, su identificación con los personajes y actitudes... etc.)
Como maestros, debemos conseguir que nuestros alumnos compartan realmente las diferentes lecturas realizadas, permitiéndoles recordar, inferir, interpretar, reflexionar, relacionar, profundizar, argumentar, imitar, y sobre todo, compartir diferentes aspectos del contenido y forma.

Por otro lado, al terminar un libro, se desvelan todas las incógnitas, el argumento se muestra en su totalidad y todos los aspectos pueden reconstruirse y analizarse de forma global.
Las actividades que tenemos que plantear para este apartado, tendrán que ir enfocadas, sobre todo, al funcionamiento de la memoria a medio y a largo plazo tal y como se utilizan en la lectura. No se trata de que los alumnos recuerden  o se fijen en detalles, sino de realizar síntesis globales y de aspectos concretos; conclusiones; relaciones entre personajes, acciones, causas y consecuencias; interpretaciones de hechos, actuaciones y situaciones; y valoraciones objetivas y subjetivas.
También, es el momento para dejar huellas emocionales reviviendo momentos desde los propios esquemas de pensamiento y valores, relacionando la obra con el contexto propio.
Estas actividades es importante que consigan que, todo el trabajo realizado a lo largo de la lectura, incluyendo los diálogos y discusiones que se han llevado a cabo en el aula, sirvan a los estudiantes para conocerse más ellos mismos y comprendan a los demás.

 Todo esto, en mi opinión, ha sido uno de los aprendizajes más importantes que he desarrollado durante la asignatura. De pequeña, poco a poco me fui desencantando de la lectura ya que mis profesores no empleaban las estrategias anteriormente mencionadas. Simplemente, me mandaban leer una serie de libros y realizar un resumen al final de cada lectura.  Es impresionante, como la manera de trabajarla en clase puede condicionar tanto a los alumnos. Hoy en día, he recuperado ese gusto por la lectura y me gustaría que mis futuros alumnos, con mi ayuda, no la pierdan por el camino y puedan disfrutar de ella durante la infancia. La lectura es pura imaginación, cuidémosla.

Con respecto al trabajo de este bloque, diseñé diferentes tipos de actividades para acompañar a los alumnos en el proceso de lectura de Charlie y la Fábrica de Chocolate, el único libro obligatorio que me gustó de los que me leí en el colegio. Para ello, lo dividí en varias sesiones con actividades para antes, durante y después de su lectura.

Por último, en cuanto al quinto bloque, trabajé la creación literaria, teniendo en cuanto todo lo aprendido a lo largo del curso.

Este último apartado, se trata de un ejercicio muy divertido para los alumnos y es una forma de acercarlos tanto a la escritura como a la lectura.
Además, se puede combinar la creación literaria con la creación artística en la elaboración de libros proponiéndoles a los alumnos diversos tipos de encuadernaciones sencillas y factibles. De esta forma, también conseguiremos que se conviertan en los ilustradores de sus propias creaciones.

Sin embargo, antes de que los alumnos realicen cualquier actividad, es importante que tengan un ejemplo que les sirva de modelo para entender lo que el profesor les está pidiendo exactamente.
Para ello, es necesario que como maestros, sepamos crear textos de diferentes géneros literarios en función de la edad de los niños con los que queremos trabajar.

En relación con la creación en prosa, debemos inculcarles desde pequeños el siguiente esquema básico. Primero, deben anotar las ideas que les van surgiendo y ordenarlas. Una vez estructurado el texto, tendrán que realizar una primera escritura como borrador, que puede sufrir modificaciones una vez leída despacio y, si es posible, en voz alta. Después, es necesario que hagan una primera revisión formal para realizar las correcciones oportunas prestando atención a la puntuación, expresión, acentuación y redundancias. Por último, solo tendrán que pasar a limpio su creación.
Este trabajo, además de la motivación por la calidad, desarrollará tanto el razonamiento lógico como  la estructuración mental, la atención, la paciencia y, obviamente, las habilidades lingüísticas escritas.

Por otro lado, en relación con la creación en verso, debemos utilizar estrategias sencillas partiendo de que la poesía, ya no necesita rimar. Esto, nos permitirá emplear recursos literarios llenos de verdadera función poética como juegos de palabras, onomatopeyas, aliteraciones, repeticiones, invenciones léxicas...etc. Con ellos, desarrollaremos las habilidades lingüísticas de los niños, la desinhibición, la fantasía, la creatividad y la propia sensibilidad estética.
En este caso, el empleo de estrategias debe estar secuenciado. Primero, es adecuado empezar con simples juegos poéticos para que los alumnos se familiaricen con la creación en verso y se ejerciten con las figuras literarias. Después, debemos pasar a la creación guiada de poemas, y finalmente, terminar con las creaciones autónomas.

En cuanto a la dramatización, a veces es difícil encontrar textos que puedan ser representados por todos los niños de la clase, bien por el número de personajes o la dificultad de algunos papeles.
En este caso, lo mejor es crear pequeñas obras personalizadas para el grupo, en las que en ocasiones serán elaboradas por nosotros, y en otras, trabajadas por los alumnos.  
Para ello, es necesario elaborar un argumento y una lista de personajes que queremos que aparezcan en la historia. Además, pueden utilizarse los mismos recursos que para la prosa y cualquiera de las estrategias presentadas. Una vez hecho esto, podremos reestructurar la historia para convertirla en un diálogo.

Con respecto al trabajo de este bloque, utilicé varias estrategias trabajadas para la creación de tres diferentes tipos de texto.  Para ello, escogí la adivinanza como creación en verso, escribir un drama para la creación de un diálogo, y el cuento de las seis preguntas para la creación en prosa.
Además, este último lo diseñé en formato libro, de tal manera que sirviese como ejemplo a los niños de 1º de Primaria con una encuadernación sencilla y económica.

En general, esta asignatura, ha superado mis expectativas con creces, consiguiendo que abra mi mente hacia nuevos conocimientos y formas de trabajar la literatura. Gracias a ella, he comprendido la importancia de nuestras elecciones y he adquirido numerosas y originales técnicas para la creación de actividades.

En cuanto al blog, al principio me dio miedo, pero a medida que iba avanzando el curso fui cogiéndole el gusto. La idea de poder mejorar los trabajos con las aportaciones de mis compañeros y las valoraciones de mi profesora Irune, me ayudó mucho a aprender de los errores y rectificarlos. Es una gran oportunidad para aprender significativamente y que el esfuerzo valga para algo.

Como futura maestra, me gustaría aplicar todo lo aprendido en esta asignatura, para provocar un cambio de mirada en los alumnos, de manera que vean la literatura como una herramienta de disfrute, imaginación y sentimiento.

BIBLIOGRAFÍA:

- Labajo, Irune. Literatura Española, Literatura Infantil y Educación literaria. Recuperado de https://online.lasallecampus.es/pluginfile.php/56916/mod_resource/content/1/Literatura%20EP_teor%C3%ADa.pdf

Comentarios

  1. Un gran trabajo, Laura. Creo que refleja perfectamente tu aprendizaje y tu interés por convertirte en una excelente maestra.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

TRABAJO BLOQUE II

LENGUA BLOQUE I

LENGUA BLOQUE IV